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Biogás, fertilizantes y algas a partir de desechos de granjas de cerdos

Cooperl, uno de los productores de cerdos más grandes del mundo, está creando biogás, biofertilizantes y alimentos para algas a partir de desechos animales.

Cooperl es una cooperativa agrícola de cría de cerdos con sede en Bretaña (Francia) que tiene una facturación por encima de los 2.000 millones de euros al año y 7.400 empleados. Cuenta con 2.950 miembros productores de cerdos y la mayoría son pequeñas granjas familiares con un promedio de 200 cerdas.

Siempre pensando en economía circular, y en la medida de lo posible, las salidas de cada proceso se reprocesan y se utilizan como entradas para otro. Esto significa que los cerdos son solo un aspecto de su negocio: la cooperativa también fabrica productos de alto valor a partir de desechos, convirtiendo el nitrógeno y el fósforo recuperados del estiércol en fertilizante mineral y biogás.

El año pasado, Ramón Armengol, de la Confederación General Europea de Cooperativas Agrícolas, afirmó que las cooperativas agrícolas son especialmente buenas para agregar valor a los desechos. Esta actividad puede alimentar “energía, manufactura y sistemas tecnológicos y digitales”.

En 2019, Cooperl inauguró el metanizador sin esparcimiento más grande de Europa, Émeraude Bio-énergie, para procesar estiércol de cerdo de 100 de sus granjas. El 25% de la entrada al digestor es estiércol de cerdo, el 40% son aguas residuales de su matadero y el resto agua reciclada de procesos de plantas y orines de cerdo.

El primer paso para producir biogás es recoger la materia prima. Esto se hace utilizando el sistema Trac, una tecnología propia que separa inmediatamente la orina y el estiércol a medida que cae al suelo. Los desechos líquidos se lavan a lo largo de una pendiente suave, mientras que los desechos sólidos se extraen mecánicamente fuera de la nave. 100 granjas ya han instalado este sistema y recogen alrededor de 34.000 toneladas de estiércol sólido. Al mover los desechos fuera de las naves porcinas, reduce las emisiones de amoníaco concentrado permitiendo cumplir con las regulaciones europeas sobre emisiones de gases. Las granjas venden sus residuos a unos 20 € la tonelada.

La planta produce 7,5 millones de metros cúbicos de biogás al año mediante el uso de microorganismos para descomponer los desechos en ausencia de oxígeno. A continuación, el biometano obtenido se introduce en una red de distribución de gas, proporcionando 60 millones de kWh al año, equivalentes a las necesidades energéticas de 6.000 hogares.

El metanizador también crea biofertilizantes utilizando el digestato. La planta produce entre 80.000 y 100.000 toneladas de biofertilizante peletizado al año. El biofertilizante tiene demanda durante todo el año.

Sin embargo, tienen un excedente de bionutrientes debido a las estrictas directivas de la UE que limitan la aplicación de fertilizantes, y como resultado, Cooperl está redirigiendo de forma experimental parte de sus 156.000 toneladas anuales de digestato a un cultivo de microalgas capaces de metabolizar este producto. En la cooperativa confían que la alimentación animal de algas será un impulso importante para la economía circular de sus procesos, pudiendo por ejemplo reducir las importaciones de Soja. Los ensayos como este son esenciales para encontrar formas energéticamente eficientes de producir algas de calidad alimentaria.

Este contenido procede de BIO MARQUET INSIGHTS

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