Por un lado, la compañía ha presentado en Langa de Duero (Soria) el que pretende ser uno de los proyectos más relevantes dentro del medio plazo, en el que invertirá 23 millones de euros para aprovechar 140.000 toneladas de residuos orgánicos, que además del gas renovable, generarían 60.000 toneladas anuales de enmiendas orgánicas para mejorar los cultivos y 50.000 toneladas para producir fertilizantes orgánicos líquidos de proximidad. La necesidad térmica de la planta se cubrirá con biomasa “preferentemente local”.
La planta, que cuenta con la colaboración de la cooperativa local Ribereña de Forrajes, que aportará el 80% de la materia prima que requiere la planta, produciría 75 gigavatios hora (GWh) al año de biometano destinado a inyectarse en la red de transporte, gas suficiente para cubrir el 1,5% de la demanda de gas natural en la provincia.
El tratamiento de los residuos orgánicos en esta planta supondría, además, un ahorro de emisiones a la atmósfera de más de 16.500 toneladas anuales de CO2 eq, por lo que contribuirá a reducir la huella ecológica de las actividades agroganaderas.
La compañía tiene previsto generar una decena de empleos directos de larga duración y unos 35 indirectos que tendría como principales aportaciones a la comarca la «generación de un ecosistema de actividades económicas en torno a la planta». Además, según explica el director general de @Genia Bioenergy, Gabriel Butler, el proyecto prevé una planta de «última generación» que al entrar en funcionamiento, ofrecería a las explotaciones ganaderas «una vía de reducir sus costes, cumplir la normativa europea y disminuir el tiempo dedicado a los trámites administrativos por la gestión del residuo».
El proyecto, que comenzará su tramitación administrativa en el mes de agosto, prevé arrancar su actividad a finales del año 2026.
Por otro lado, en el municipio salmantino de Machacón, Genia Bioenergy pretende desarrollar una planta de biometano, que de confirmarse su construcción, tendría la capacidad de procesar hasta 150.000 toneladas anuales de deyecciones ganaderas provenientes de explotaciones locales, generando a su vez 70 gigavatios hora (GWh) al año de biometano para su inyección en la red de distribución.
Se trata de una inversión de en torno a 25 millones de euros que generaría en torno a 10 empleos directos y hasta 25 indirectos en el municipio, lo que supondría un impulso de la actividad económica en toda la comarca, generaremos tejido empresarial dentro de la población rural,
La planta está diseñada la tecnología de última generación Biorganic Materials para gestionar mediante un proceso natural de digestión anaerobia (por la acción de bacterias que viven en ausencia de oxígeno) hasta 150.000 toneladas de estiércol y purines cada año de las ganaderías locales, recuperando así el agua presente en los purines y transformar la fracción sólida de los digestatos en compost.
Más de 20 ganaderos de la zona han expresado su compromiso de aportar sus residuos ganaderos a la planta a largo plazo. Esto les permitiría reducir los costos de gestión y trámites administrativos relacionados con sus residuos, cumplir con la normativa europea, liberar espacio en sus instalaciones y disminuir considerablemente las molestias ocasionadas por olores e insectos.
La construcción de la planta aún no está confirmada. De confirmarse, esta duraría un año.