Genia Bioenergy, la división especializada en el desarrollo de plantas de biogás del grupo Genia, quiere poner en marcha una nueva instalación de biometano ubicada en el municipio valenciano de Llíria en la que está prevista una inversión de algo más de 8 millones de euros. El proyecto pretende convertir 192.700 toneladas anuales de residuos orgánicos, fundamentalmente del sector agroalimentario, en biogás.
Según explican fuentes de la propia compañía, para distribuir ese biometano el grupo valenciano ya cuenta con un acuerdo con Enagás que permitirá verter la producción de la futura planta en su red de transporte. De hecho, la empresa gasista ya ha colaborado con Genia Bionergy en otras de las plantas de biogás que ya ha puesto en marcha recientemente.
La firma de ingeniería y promotora está tramitando actualmente la Declaración de Impacto Comunitario de esta instalación, que además cuenta con el apoyo del propio Ayuntamiento de Llíria. La instalación, cuyo proceso productivo también permitirá generar fertilizantes, prevé abastecerse tanto de residuos urbanos como procedentes de la industria alimentaria, la ganadería y de lodos de depuradoras.
El proyecto contempla instalarse sobre una superficie de 16.857 metros cuadrados y su instalación permitiría «realizar una correcta gestión y valorización de residuos no peligrosos para la obtención de energía renovable con una reducción aproximada de 37.784 toneladas de CO2 equivalentes al año».
Genia Bioenergy ha participado junto a Grupo Arcoiris, dedicado al sector agroganadero, y la valenciana Selev Biogroup, especializada en la gestión integral de los biorresiduos, en la puesta en marcha de una planta de biogás en Valderrobres (Teruel) y prevé otra con Selev en Picassent (Valencia) que ya cuenta con su Declaración de Impacto Ambiental y que procesará cada año 141.000 toneladas de residuos orgánicos para convertirlos en biometano y biodiésel.
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