La Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl) adjudicó a la UTE formada por la ingeniería energética Genia Bioenergy y la constructora San Gregorio el contrato para el diseño y construcción de una planta de biometano en una parcela anexa a la estación depuradora de Cabezón de Pisuerga.
La inversión por parte de la de la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente (Somacyl) está cifrada en 4,7 millones de euros. Y se calcula que la planta esté diseñada para el tratamiento de 10.350 toneladas de fangos año con previsión de inyectar en la red anualmente 686.565 metros cúbicos de biogás verde.
Hasta las futuras instalaciones se transportarán los fangos procedentes de 25 depuradoras de ámbitos rurales gestionadas por Somacyl en un radio de 150 kilómetros desde la localización, por lo que no sólo están incluidas las de Valladolid, sino las de provincias limítrofes, con un doble objetivo. Por un lado, el de obtener un fertilizante de mejor calidad que se utilice después como abono en el campo y, por otro, el de generar ese biometano para su comercialización.
En todo caso, según explicaron fuentes de SOMACYL no se trata de obtener un beneficio económico por la venta del biometano, sino realizar un tratamiento adicional a los fangos que permita gestionar de manera más eficiente los residuos de las depuradoras y, además, conseguir un combustible ‘verde’ que pueda utilizarse en los hogares o negocios.
Las obras comenzarán en enero y la planta estará en funcionamiento antes de que termine 2023, tendrá capacidad para gestionar 12.500 metros cúbicos al año de fangos, es decir, 34 metros cúbicos de lodos cada día, «evitando la emisión de CO2 y de otros gases a la atmósfera», explicó la adjudicataria, quien significó que los 4.622MWh/año de biometano equivalen al consumo de 584 hogares con calefacción, cocina y agua caliente a gas.
Según el comunicado emitido por la UTE, en una primera fase, el tratamiento se basa en el sometimiento de los lodos a una hidrólisis térmica a altas temperaturas (de entre 130 y 180 grados) y presión para garantizar su higienización y facilitar a su vez una mejor degradabilidad y una mayor producción de biogás.
Después, los fangos pasan a una etapa de digestión anaerobia para obtener una producción de hasta 79 Nm³/h de biogás, que se someterá posteriormente a un proceso de depuración o upgrading para eliminar agua, CO2 y otros compuestos, para conseguir un contenido en biometano superior a 99%, una pureza similar a la del gas natural que se inyectará en la red de suministro, si bien Somacyl también podría aprovecharlo de manera puntual como complemento energético a la biomasa que utiliza.
El tratamiento de los lodos mediante biodigestión anaerobia, añadió la empresa en el escrito, aporta varias ventajas, como el balance 0 en emisiones de CO2, la eliminación de olores o la valorización en forma de energía de un residuo.
Es decir, gracias al trabajo en la futura planta de Cabezón de Pisuerga, se reducirán las emisiones contaminantes a la atmósfera y se obtendrán fertilizantes más ricos, lo que «resuelve en gran medida el problema de la gestión sostenible de los residuos orgánicos», valoraron.
«La inyección de biometano procedente de fangos de depuradoras de aguas residuales en las redes de gas natural es un procedimiento que se está realizando en toda Europa, potenciado en la actualidad por las obligaciones de reducción de emisiones de CO2 y la situación geopolítica», sostuvo por su parte la Junta de Castilla y León cuando sacó a licitación este proyecto.